Al parecer, todo lo que le pase a la pieza es malo, así que habrá que cuidarlo como un divino tesoro si escuchas a nuestros antepasados. Y es que si el anillo se rompe o se pierde, lo mismo pasará con el amor del otro cónyuge o será señal de futura viudez. En caso de pérdida, debe ser reemplazado por un anillo similar comprado por un familiar o amigo, a pedido del otro cónyuge, porque sino trae mala suerte. Pero también no usarlo es símbolo de la mala suerte, sobre todo quitárselo antes que nazca el primer hijo es señal de mal agüero.
Pero además, durante la ceremonia hay que tener un cuidado supremo, si se cae el anillo al suelo el día de la boda, el matrimonio durará poco. Si al colocar el novio durante la ceremonia nupcial el anillo, éste llega hasta el fondo del dedo de la esposa, será ésta quien mandará en el matrimonio. Y así muchas cosas más.
¿Conocéis alguna manía más de este pequeño objeto nupcial?